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Punto y como

Detrás de las bebidas de unicornio y tendencias alimentarias


El lanzamiento de una bebida con tema de unicornio por parte de una cadena transnacional de cafeterías fue tendencia en las redes sociales y de medios de comunicación en Estados Unidos. ¿Qué es lo que hace que una bebida color rosa con azul se vuelva el tema de tendencia en México, EU y Canadá?

Lo que nos ocupa acá es todo lo que hay detrás del fenómeno que se ha vuelto tanto en las redes como en la cultura pop los análisis sobre el contenido nutrimental y/o los sabores. Detrás de este fenómeno hay elementos a analizar, puesto que hablan de nosotros no sólo en relación con la bebida de marras, sino en cómo vienen y van las tendencias en cuestión de alimentación. En otras palabras, cómo un alimento se pone de moda en ciertos contextos.

La respuesta a esta pregunta de por qué el éxito de la bebida es más compleja que sólo una buena estrategia de marketing. En primera instancia, casi cualquier tendencia en alimentación cae en una o varias de las siguientes categorías: salud, indulgencia, conveniencia y medio ambiente. Piense en todos los alimentos que se vuelven moda: desde los alimentos presentados en bowls, como el açai bowl (salud y conveniencia), hasta el kale (salud), pasando por los cupcakes, los cronuts, los bagels de arcoíris hasta los productos que se pueden adquirir en los mercados de productores. La forma en la que estos alimentos se posicionan como una moda responde a un complejo entramado del que muchos especialistas reconocen, se va gestando hasta cinco años antes de que se vuelva tendencia. En este entramado están incluidas desde las estrategias de las agencias más grandes de relaciones públicas para posicionar a un chef hasta las líneas de investigación que se centran sobre un alimento y que de repente mediatizan todos sus beneficios, pasando por las estrategias de marketing y el perfil sociodemográfico de los principales consumidores de cierto producto.


En el caso de la bebida de unicornio, se cumplen muchas de las expectativas de su principal grupo de consumidores, los millennials. Son una generación centrada en lo que algunos especialistas llaman las “4 E”: la experiencia, el entretenimiento, el exhibicionismo y la evangelización. La bebida ofrece experiencia, puesto que cambiaba de color y de sabor a medida que se iba consumiendo. Ofrecía entretenimiento con un tema alusivo a la magia y a la fantasía, para una generación que creció leyendo Harry Potter, vivió el revival de la saga de Star Wars y vio el estreno en cines de El Señor de los Anillos. Alude al exhibicionismo, puesto que los colores y el furor que causó en redes sociales se debía en parte al hecho de documentar cómo se había experimentado la bebida, convirtiéndose en parte de la conversación. Finalmente, el sentido efímero de su accesibilidad —sólo estuvo disponible del 19 al 23 de abril— le otorga un aura de carpe diem al momento de consumirla.


La industria de las predicciones de tendencias alimentarias es de millones de dólares. Muchas de las predicciones son falsas, ya que sólo se basan en la opinión de grupos seleccionados. Incluso el New Yorker dedica un número especial a la comida y a burlarse de las predicciones de tendencias alimentarias. En la mayoría de los casos, las predicciones que se realizan —como las comidas moradas y azules que varios predijeron para el 2017— se basan, además de las opiniones, en el complejo entramado económico, político, social y cultural que rige nuestra alimentación y lo que ponemos de moda. La próxima vez que algo se ponga de moda en alimentación, recuerde no reducirlo a una estrategia de marketing o a una bomba de calorías y pregúntese: ¿qué es lo que está sucediendo en nuestro contexto?

Publicado originalmente en El Economista

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